Muchos años atrás, en la época militar, recordamos a nuestros papás hablar de sus amigos que debieron partir al exilio, nuestra memoria aún incapaz de retener nombres y situaciones no representaba atención alguna.
Los años pasaron y desde luego, comenzamos a entender y comprender la situación actual, empezamos a retener nombres afectos, y desde la distancia una palabra que se repetía, Ruth, que Ruth , a quién se referían .
No alcanzo a pasar mucho tiempo, cuando ya eran parte de nuestras conversaciones Ruth y Daniel, al crecer y madurar fuimos parte de la gran amistad de nuestros padres hacia ellos.
Nuestra primer contacto fue con el tío Daniel, quién no la pasó muy bien en su primera venida a Chile y dada esta situación posterior conocimos a la Tía Ruth, mujer que abordamos de inmediato para conocer más de ella, su familia, su situación y todo lo que podíamos robarle de conocimiento, al mismo tiempo confirmábamos en que la amistad no tan sólo se expresa en la cercanía, permanece fuerte en la distancia.
Con el tiempo, hemos tenido la oportunidad de conocerlos a todos, Mariana y Miguel, reflejando en cada uno el legado materno.
Los años, permitieron conocer con más cercanía a la Tía, compartimos y disfrutamos sus regresos a Chile, era interrogada en cada viaje con el ánimo de saber y estar al tanto de ustedes.
La cercanía de nuestras familias no es comparable y quizás refleja los lazos fuertes que presenta la amistad, nosotros no siendo sus amigos, nos unimos como si hubiese existido siempre y del mismo modo sentimos su partida.
La recordamos como una persona colaborativa, abierta, dispuesta a prestar el máximo de colaboración y por sobre resolutora de problemas o situaciones que para uno parecían insalvables. Sus atenciones, sus souvenir suecos, sus engañitos y sus eternas conversaciones que por su forma de narrar impedían perderse ese momento.
A todos nos ha afectado su partida, pero sin lugar a dudas la Nene más y es lógico.
Escribimos estas palabras, de un modo distinto, del modo en que nosotros conocimos a la Tía, y como entendemos esa amistad con nuestros padres.
Tío Daniel, Fabián, Miguel, Mariana y Sandro, queremos acompañarlos con mucho cariño fraterno en este proceso sabiendo que también hemos querido y adorado a la Tía Ruth.
Abrazos para ustedes de todos los que integramos las Familias Viveros Vidal, Viveros Montero, Molina Viveros, Viveros Sáez y Viveros Caro.
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